¡Hola a todos!
Volvemos a las andadas con un nuevo post sobre la rutina diaria de preparación y trabajo con los caballos en la cuadra. ¿Alguna vez no os habéis preguntado qué rutinas siguen en otros centros hípicos? ¡Yo lo hago a menudo! Por eso, hoy, os traigo mi rutina diaria acompañado de algunos GIFs… ¡Espero que os guste!
1. Limpiar al caballo: ¡para mí es el paso más importante de todos en mi rutina diaria en la cuadra! Con una limpieza a fondo podemos ver si nuestro caballo se ha hecho daño o alguna herida en algún sitio que, a primera vista, no nos fijaríamos.
Aunque Parce es un poco «guarrete» en general, siempre intento que esté lo más limpio posible y que vaya bien guapo. Me encanta desenredarle la cola, ¡se queda siempre estupenda con cuando uso el desenredante! y arreglarle las crines de cuando en cuando pero la hora del cepillado… a Parce no le hace especial ilusión, sobretodo por la barriga porque tiene cosquillas, jajaja. Desde que el pecoso esta descalzo (hace solo algunos meses) hago mucho más hincapie que antes en la limpieza de los cascos, ya que una mínima piedrecita puede hacerle mucho daño en sus cascos y provocar algún hematoma, dolores, entre otras cosas.
Según la época del año, hay veces que también me ayudo también de algún producto extra, como sprays repelentes de insectos en verano o gel térmico en los días más fríos del año.
2. Poner el equipo al caballo: ¡Siempre suelo empezar con la montura! Con Parce (y con cualquier caballo, en realidad) es importante una buena colocación de la montura, ya que llevamos un salvadorso elevador en la zona de la cruz para evitar que la montura choque con ella y pueda ser incómodo o doloroso para el caballo. Por supuesto, cada montura y cada caballo es un mundo, ¡todos tienen una necesidad distinta!
Una vez colocado todo el equipo, siempre paso a poner los protectores. ¿Vosotros cómo los usáis? Yo suelo poner protectores en manos y pies solo cuando voy a saltar o voy al campo, cuando hago trabajo en plano prefiero que no los lleve.
4. Turno del jinete para equiparse: siempre suelo acabar de preparar poniéndome mi equipo, ya que me gusta estar cómoda mientras limpio y pongo todo a Parce. Suelo empezar con las botas o botines y acabar con el casco, ¿por qué? no lo sé, jajajaja.
Y según las riendas que use y el tipo de trabajo que vaya a tener con el caballo, uso guantes o no. Si son riendas de cuero, sin guantes perfectamente, pero si son de tela engomada… ¡guantes sí o sí o si no acabo con unas ampollas estupendas!
5. ¡Listos para trabajar!: pongo la cabezada a Parce y nos vamos a la pista. Suelo trabajar primero a la mano buena y, una vez hemos calentado, trabajar a la mano mala. Paso, trote, galope, muchas transiciones y, si se tercia, algún salto o recorrido en compañía de mi profesor Manuel.
Me gusta hacer distintos tipos de trabajo a la semana, un día ir al campo, otro trabajo a la cuerda… un poco de variedad para que ni Parce ni yo nos aburramos y podamos tener un entrenamiento más completo.
6. Hora de enfriar: después de trabajar toca un paseo por los alrededores de la hípica. Es algo que solemos hacer siempre después de trabajar para que los caballos enfríen y es un gran momento para charlas y relajarse después del trabajo, ¡es uno de los momentos que más me gustan!
Después quito el equipo a Parce y me dispongo a duchar a Parce para que se vaya fresquito y sin molestias por el sudor después de trabajar. En invierno, suelo duchar solamente manos y pies y las zonas sudadas cepillarlas para que no se resequen de tal forma que sea incomoda para el caballo y, en verano, ¡ducha de cuerpo entero a tope! Y si se tercia, algún baño con jabón para quitar esas manchas complicadas de los tordos… ya sabéis.
Además de la ducha, también pongo algunos geles en las extremidades de Parce, dependiendo del trabajo que hayamos hecho ese día y pomada para mantener sus cascos hidratados.
7. Limpieza de equipo: ¡nos tenemos que hacer a la limpieza diaria del equipo! A veces cuesta, lo sé, soy la primera a la que le costaba un montón ponerse a limpiar el equipo (y me sigue costando un poco), ¡pero hay que mimarlo para que nos dure mucho tiempo! Después de trabajar suelo aplicar jaboncillo a las botas y la montura, para eliminar todo el polvo y restos de suciedad que tengan.
De cuando en cuando, también aplico aceite para cuero en mi montura y algún bálsamo para hidratar y mantener el cuero de otras partes del equipo.
¡Y esta sería mi rutina! ¿Vosotros seguís algún otro paso o tenéis un orden distinto en vuestra rutina diaria en la cuadra? ¡No dudéis en compartir con todos nosotros vuestro día a día en el espacio de comentarios.
Un abrazo,
Silvia
Post en colaboración con Hispano Hípica
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