Como comenzó mi vida con Flock es una historia de amor un poco peculiar. Lo encontré por primera vez en su cuadra, solo, el último de su fila, en la penumbra comiendo y, aunque el no había levantado la cabeza, ya sabía que era él y no otro. Era el típico entero negro, rebelde y salvaje de las películas. Era el más guapo y, sobretodo, el más peligroso del centro hípico y todo el mundo tenía miedo de él menos yo, una chica joven de apenas 14 años en ese momento.
Su propietario me dejó cuidar de él como si fuera mío hasta que pudiera comprarlo y le enseñé toda la base del trabajo pie a tierra porque ni sabía como dar las patas para limpiarle los cascos sin dar un golpe o quedarse quieto sin querer escaparse en todo momento.
Meses después me fui de vacaciones en Francia y, a mi llegada, estaba delgadísimo… ¡No le habían dado de comer durante varios días, había comido piedras además de haber sido maltratado! (Había comido piedras el caballo que sabía de instinto cuál se podía comer y cuál le iba a hacer daño) Me dio tanta rabia saber que el tiempo en el que yo estaba disfrutando de mis vacaciones el estaba muriendo poco a poco esperando mi regreso… Ese mismo día, tome la decisión de salvarle la vida, ¡y es la mejor decisión que tomé hasta ahora! Los propietarios a cambio del pago de las cirugías en el hospital me lo regalaron sabiendo que viviría mejor conmigo.
Mi mejor momento con él creo que fue la primera vez que pude montarlo y galopar, ¡Un año después de las cirugías! Me sentía por fin en mi hogar y mi sonrisa iluminaba mi rostro… ¡Había encontrado el sentido de mi vida a su lado! Estábamos dos almas en pena, sin amigos en los cuales confiar, pero nos teníamos el uno al otro.
Ahora estoy muy feliz de tenerlo en mi vida. Es mi escapatoria y solo escucharlo comer o verlo me da la fuerza para seguir adelante. Su creatividad para hacer tonterías y su temperamento difícil me hace reflexionar muchísimo sobre su pasado oscuro.
Tiene el poder de mostrarme rasgos que ni conocía de mí misma y me ha enseñado más que cualquier otro ser… Sané su corazón roto y él sanó el mío a cambio.
No voy a decir que fue fácil, ¡pero sí valió la pena! Para algunos fue un grave error de salvarlo pero sé que puedo bajar la luna por mí misma si Flock está a mi lado y, ni con eso, llegaría a agradecerle todo lo que ha hecho para mí.
¡Muchísimas gracias Océane por contarnos tu historia de superación junto a súper Flock! Estoy segura de que aún os quedan un sin fin de historias por vivir y miles de cosas por aprender juntos. Podéis ver sus avances en su cuenta de Instagram @oceane.laure.
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