Marta Martínez, fisioterapeuta y quiropráctica equina, ha colaborado en el blog en un par de ocasiones y, por ello, queremos conocerla más. En este nuevo post os traemos una entrevista muy interesante sobre cómo ha llegado a ser la profesional que es hoy.
1. ¿De dónde viene tu pasión por los caballos?
Mi pasión por los animales viene desde siempre, que yo recuerde. Sin embargo, no fue hasta los 8 años, que vi a un caballo en persona por primera vez, que me enamoré de este animal.
En el cole en el que estudiaba tenían una hípica, y empecé como actividades extraescolares, y acabé, pasando prácticamente todo el día y todos los veranos con los caballos.
2. ¿Cuándo decidiste que querías ser veterinaria?
Esto creo que lo tuve siempre claro. Mi madre siempre dice que nunca tuve dudas, que la primera cosa que quise ser fue veterinaria y nunca cambié. Lo que no sabía era si lo conseguiría, sobre todo en bachillerato, pero al final, con algo ayuda, ¡lo conseguí!
3. ¿Sabías que querías dedicarte a los caballos antes de empezar la carrera?
Lo cierto es que era un sueño, pero no creía que fuera a hacerlo. Es un mundo un poco difícil para entrar, y me parecía casi imposible.
Tenía prácticamente claro que haría vacas, de hecho, estuve haciendo prácticas con estos animales durante un verano. Pero en cuanto entré en el hospital de la universidad y me dieron la oportunidad de hacer prácticas con caballos, me empezó a entrar el gusanillo y el “y si…”, fui buscando prácticas externas con caballos, más guardias en el hospital, hasta el punto en que algún amigo me dijo que iba a empezar a relinchar en vez de a hablar, jaja. Al final decidí que, al menos, tenía que intentarlo, trabajar con caballos, y si no salía, pues ya buscaría otra cosa
4. ¿Qué es lo que más te llamo la atención de la fisioterapia y la quiropráctica equina?
Que trata al animal como a un todo, no se trata de localizar la lesión y tratarla, sino que hay que buscar el origen de esa lesión, y comprobar que todo el animal está bien, no solo lo que el nos dice que está mal.
Además, es preocuparse por el bienestar, sobre todo en animales de deporte, porque no se trata solo de dar masajes, hay que comprobar que tengan la boca hecha, que su estado muscular sea el correcto, que el equipo no le moleste en ningún punto y se ajuste bien, preocuparte por su nutrición, por su entrenamiento… y a mí me gusta mucho también comprobar que el animal esté estable psicológicamente, y lo asocio con la fisio, porque, por ejemplo, un caballo encerrado 23 horas al día (con suerte) en un box, su cabeza no va a estar muy bien, pero su cuerpo tampoco tendrá la mejor calidad física para afrontar competiciones o exigirle un rendimiento.
5. Durante tu estancia en Madrid trabajaste con distintos profesionales del sector, ¿podemos saber quienes son?
¡Claro! Empecé con la fisioterapeuta un verano junto a Patricia Prats, de Equiwell. Es una gran profesional y fue de la primera en enseñarme un poco este mundo; de hecho, si tengo alguna duda o algún caso complicado aquí en Galicia, me pongo en contacto con ella. Después, durante el postgrado, conocí a Marta y a Mar de Equidinamia, que también me enseñaron un montón; y también a veces me siguen ayudando.
De fisioterapia no estuve con más, pero hice algo de clínica con unos veterinarios que trabajaban por la zona de Madrid y Segovia (Murube y Barrero), con los que disfruté y aprendí también un montón. En el Hospital de la UAX, como alumna colaboradora tuve el placer de ver trabajar a profesionales como Juan Muñoz o Raquél Gómez Lucas.
Después, en Francia estuve con el profesor Jean-Marie Denoix, ¡un crack!
6. ¿Qué es lo que más valoras de tu trabajo como fisioterapeuta y quiropráctica equina?
Quizá la calidad de mis clientes y pacientes. Pensaba que en Galicia nadie se pararía a llamar a un fisioterapeuta para sus caballos (muchos comentan que se lo están pagando a los caballos cuando ellos nunca fueron). Pero toda o casi toda la gente que me llama, es porque se preocupa de su animal, y quiere que esté bien; y es lo que más me importa a mí.
Al final, es mi trabajo, pero lo que más me satisface es poder ayudarlos a ellos y poder “guiar” un poco a los propietarios para ir mejorando poco a poco.
7. Volviste a casa y ahora mismo ejerces en Galicia y alrededores, ¿cuándo decidiste trabajar por tu cuenta?
Pues la verdad, fue un poco a lo loco. Termine los estudios, terminé las prácticas y no veía la posibilidad de irme fuera por cuestiones familiares. Así que con mucho miedo, decidí intentarlo, arriesgarme. Así que cogí mi coche y me recorrí toda Galicia repartiendo información sobre mí y sobre la fisioterapia y quiropráctica equina. Poco tardó la gente en empezar a llamar, la verdad, así que me fueron animando, y aquí estoy… ¡Aunque me gustaría visitar ciertos sitios de rehabilitación equina y seguir conociendo profesionales de este sector!
8. Además de dedicarte a trabajar con los caballos de tus clientes, ¿sigues formándote?
¡Claro! Me parece algo fundamental, por dos razones: la primera, es que sigue habiendo investigación, y las cosas van cambiando y avanzando, y no me puedo estancar en lo que sé; y la otra, porque en este mundo nunca sabes todo lo que tienes que saber, cada día aprendes una cosa nueva.
Además adoro estudiar y aprender todo lo que pueda. Mi madre siempre me dice que todo me vale y que a ver si paro un poco, porque curso que veo…. ¡Curso al que me apunto!
9. ¿Tienes algún plan de futuro para tus servicios de fisioterapia y quiropráctica equina?
Pues no tengo claro todavía si es más plan o sueño, pero me encantaría llegar a tener mi propio centro de rehabilitación de caballos, con ciertas terapias, como la hidroterapia.
Además, me llama mucho la atención el tema del rendimiento equino en caballos de deporte, así que me estoy poniendo las pilas para poder trabajar también algo sobre el entrenamiento de los caballos (a nivel de alto rendimiento, ya que normalmente, la sesión de fisio también incluye asesoramiento en el entrenamiento).
10. ¿Tienes alguna anécdota que quieras compartir con My Horseback View?
Más que una anécdota… un consejo. Luchar por lo que uno quiere siempre merece la pena, aunque parezca imposible y de miedo, hay que intentarlo. Al fin y al cabo, yo al principio les tenía pánico a los caballos o no sabía si podría entrar en veterinaria, o hubo momentos en los que no tenía claro si dedicarme a ellos… ¡Y miradme ahora!
¡Mil gracias, Marta! por dedicarnos un poco de tu tiempo para contestar a esta entrevista.
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